lunes, 11 de mayo de 2020

Alarma por la falta de ética en la creación de 

híbridos humanos - primates clonados

Yahoo Noticias  Gonzalo Aguirregomezcorta 

La ética, ese concepto con el que regulamos el decoro necesario para operar conforme a valores, toma más importancia si cabe en el amplio mundo de las clonaciones de seres vivos. La amenaza de estar cambiando el orden natural de la cosas es real y cuenta con dos vertientes de opinión que oscilan en orillas opuestas mientras que, en algunos casos, sus aguas se combinen sin entrar en contradicción.

Las justificaciones para llevar a cabo esta práctica son de un calibre irrebatible, son los difusos límites morales que se exceden los que encienden las alarmas en el gremio de científicos especializados en esta materia.

Los avisos de los expertos son constantes porque existe un miedo a superar la delgada línea entre lo ético y el descaro que pone a la humanidad en una situación imaginable gracias a los visionarios que crearon libros y películas de ciencia ficción. Pero la Ciencia es objetiva y tan real como que en China están experimentando con clonaciones de híbridos entre chimpancés y humanos.

La mezcla tiene un resultado interesante, esperanzador y no menos inquietante: los monos tienen cerebros que son parcialmente humanos. Útil y escalofriante al mismo tiempo.

El argumento principal para llevar a cabo este tipo de prácticas es el estudio y tratamiento para curar el Alzheimer. También se ha usado - y se usa - para crear donantes de órganos humanos en animales sin que sean necesarias otras personas que sacrifiquen parte de su cuerpo para salvar a otras.

En China, estos experimentos están abordando una perspectiva polémica con la creación de cerebros con genética humana en chimpancés, una mezcla que más allá de las consecuencias positivas que pueda tener para la salud, podría suponer una amenaza de no crearse una guía que garantice unos desarrollos científicos que tengan muy en cuenta la ética necesaria para que las nuevas criaturas no sufran, y para que la humanidad no esté amenazada por monos con cerebro de humanos, algo que según los expertos debería ser evitable.

Alejandro De Los Angeles, es un experto de la Universidad de Yale y ha escrito un libro titulado, ‘Investigación de la Quimera: Métodos y Protocolos. En él explica que las ventajas este tipo de clonaciones se centran en el estudio del Alzheimer, que afecta a millones de personas y es la única enfermedad mortal generalizada para la que no se ha encontrado tratamiento.

La demencia y otras enfermedades degenerativas podrían encontrar cura gracias a estas prácticas, que suponen una alternativa al uso de ratones de laboratorio. Las diferencias entre los cerebros de los roedores y los humanos son notorias, por eso el impacto de las investigaciones en chimpancés híbridos es mayor.

“La búsqueda de un modelo animal más conveniente para estimular enfermedades humanas ha sido el ‘Santo Grial’ de la investigación biomédica durante décadas”, afirma De Los Angeles es la introducción de su libro. “La reciente identificación de diferentes tipos de células madre pluripotentes (células PS) y los avances en la investigación de quimeras podrían permitir la generación de interespecies a partir de especies estrechamente relacionadas, como las que existen entre humanos y otros primates”, agrega el científico, quien también habla de las consecuencias éticas de estas clonaciones:

“Aquí, sugerimos que la creación de quimeras humano-primates podría superar los límites de los modelos actuales de los chimpancés en cuanto a enfermedades neurológicas y psiquiátricas, pero también elevaría importantes aspectos éticos como el uso de estos animales en la investigación invasiva.

Las preguntas sobre el valor científico y las preocupaciones éticas planteadas por la perspectiva de las quimeras humano-mono son más urgentes que los avances recientes en la investigación de células PS y los intentos de generar quimeras interespecies entre humanos y animales.

Mientras que algunas jurisdicciones prohíben la introducción de células PS humanas en embriones de monos, otras jurisdicciones pueden permitir e incluso alentar tales experimentos. Por lo tanto, es útil controlar los experimentos para considerar los problemas éticos y políticos que se plantean”, finaliza.

La disyuntiva que plantea De Los Angeles no es la única en su entorno científico. Douglas Munoz de la Universidad de Kingston en Canadá le dijo a National Post que éticamente le asusta el estar investigando en este terreno. Tanto él como su equipo trabajan en el desarrollo de estos híbridos entre chimpancés y humanos.

“Para nosotros, el manipular funciones vitales de este tipo sin realmente saber cómo desactivarlo es algo que nos asusta mucho”, apuntó a la publicación.

Según afirman los expertos, en China, este tipo de experimentos se realizan sin límites desde abril, cuando incluyeron un gen fundamental para el desarrollo de cerebros humanos en embriones de primates.

Los científicos chinos hicieron oídos sordos a las críticas de otros colegas internacionales y afirmaron que seguirán avanzando en este campo más allá de para encontrar soluciones a enfermedades como el Alzheimer, sino para introducir inteligencia humana en los monos.

El escenario ideal en este frágil equilibrio entre lo ético y lo osado es un control exhaustivo para evitar que los seres nacidos de estos experimentos sufran, y para que la creación de híbridos con inteligencia humana en cuerpos de primates no se vuelva en nuestra contra.

Pensar en las consecuencias negativas es escalofriante.


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