híbridos humanos - primates clonados
Yahoo Noticias Gonzalo
Aguirregomezcorta
La
ética, ese concepto con el que regulamos el decoro necesario para operar
conforme a valores, toma más importancia si cabe en el amplio mundo de las
clonaciones de seres vivos. La amenaza de estar cambiando el orden natural de
la cosas es real y cuenta con dos vertientes de opinión que oscilan en orillas
opuestas mientras que, en algunos casos, sus aguas se combinen sin entrar en
contradicción.
Las
justificaciones para llevar a cabo esta práctica son de un calibre irrebatible,
son los difusos límites morales que se exceden los que encienden las alarmas en
el gremio de científicos especializados en esta materia.
Los
avisos de los expertos son constantes porque existe un miedo a superar la
delgada línea entre lo ético y el descaro que pone a la humanidad en una
situación imaginable gracias a los visionarios que crearon libros y películas
de ciencia ficción. Pero la Ciencia es objetiva y tan real como que en China
están experimentando con clonaciones de híbridos entre chimpancés y humanos.
La
mezcla tiene un resultado interesante, esperanzador y no menos inquietante: los
monos tienen cerebros que son parcialmente humanos. Útil y escalofriante al
mismo tiempo.
El
argumento principal para llevar a cabo este tipo de prácticas es el estudio y
tratamiento para curar el Alzheimer. También se ha usado - y se usa - para
crear donantes de órganos humanos en animales sin que sean necesarias otras
personas que sacrifiquen parte de su cuerpo para salvar a otras.
En
China, estos experimentos están abordando una perspectiva polémica con la
creación de cerebros con genética humana en chimpancés, una mezcla que más allá
de las consecuencias positivas que pueda tener para la salud, podría suponer
una amenaza de no crearse una guía que garantice unos desarrollos científicos
que tengan muy en cuenta la ética necesaria para que las nuevas criaturas no
sufran, y para que la humanidad no esté amenazada por monos con cerebro de
humanos, algo que según los expertos debería ser evitable.
Alejandro
De Los Angeles, es un experto de la Universidad de Yale y ha escrito un libro
titulado, ‘Investigación de la Quimera: Métodos y Protocolos. En él explica que
las ventajas este tipo de clonaciones se centran en el estudio del Alzheimer,
que afecta a millones de personas y es la única enfermedad mortal generalizada
para la que no se ha encontrado tratamiento.
La
demencia y otras enfermedades degenerativas podrían encontrar cura gracias a
estas prácticas, que suponen una alternativa al uso de ratones de laboratorio.
Las diferencias entre los cerebros de los roedores y los humanos son notorias,
por eso el impacto de las investigaciones en chimpancés híbridos es mayor.
“La
búsqueda de un modelo animal más conveniente para estimular enfermedades
humanas ha sido el ‘Santo Grial’ de la investigación biomédica durante
décadas”, afirma De Los Angeles es la introducción de su libro. “La reciente
identificación de diferentes tipos de células madre pluripotentes (células PS)
y los avances en la investigación de quimeras podrían permitir la generación de
interespecies a partir de especies estrechamente relacionadas, como las que
existen entre humanos y otros primates”, agrega el científico, quien también
habla de las consecuencias éticas de estas clonaciones:
“Aquí,
sugerimos que la creación de quimeras humano-primates podría superar los
límites de los modelos actuales de los chimpancés en cuanto a enfermedades
neurológicas y psiquiátricas, pero también elevaría importantes aspectos éticos
como el uso de estos animales en la investigación invasiva.
Las
preguntas sobre el valor científico y las preocupaciones éticas planteadas por
la perspectiva de las quimeras humano-mono son más urgentes que los avances
recientes en la investigación de células PS y los intentos de generar quimeras
interespecies entre humanos y animales.
Mientras
que algunas jurisdicciones prohíben la introducción de células PS humanas en
embriones de monos, otras jurisdicciones pueden permitir e incluso alentar
tales experimentos. Por lo tanto, es útil controlar los experimentos para
considerar los problemas éticos y políticos que se plantean”, finaliza.
La
disyuntiva que plantea De Los Angeles no es la única en su entorno científico.
Douglas Munoz de la Universidad de Kingston en Canadá le dijo a National Post
que éticamente le asusta el estar investigando en este terreno. Tanto él como
su equipo trabajan en el desarrollo de estos híbridos entre chimpancés y
humanos.
“Para
nosotros, el manipular funciones vitales de este tipo sin realmente saber cómo
desactivarlo es algo que nos asusta mucho”, apuntó a la publicación.
Según
afirman los expertos, en China, este tipo de experimentos se realizan sin
límites desde abril, cuando incluyeron un gen fundamental para el desarrollo de
cerebros humanos en embriones de primates.
Los
científicos chinos hicieron oídos sordos a las críticas de otros colegas
internacionales y afirmaron que seguirán avanzando en este campo más allá de
para encontrar soluciones a enfermedades como el Alzheimer, sino para
introducir inteligencia humana en los monos.
El
escenario ideal en este frágil equilibrio entre lo ético y lo osado es un
control exhaustivo para evitar que los seres nacidos de estos experimentos
sufran, y para que la creación de híbridos con inteligencia humana en cuerpos
de primates no se vuelva en nuestra contra.
Pensar
en las consecuencias negativas es escalofriante.
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